Apocalipsis, Libro de

Apocalipsis, Libro de Último libro del Nuevo Testamento. Su nombre viene del griego apokalyptein, que significa «quitar el velo». Literalmente puede traducirse «revelación».

 

Autor Y Fecha

Después de la muerte y resurrección de Jesús, el evangelio se expandió rápidamente. En todas partes surgían pequeñas comunidades. En poco tiempo la buena nueva de Jesús atravesó las fronteras de Palestina y entró en los límites del Imperio Romano: Asia Menor, Grecia, Italia. Unos treinta años después de la muerte de Jesús, en el mes de julio de 64, el emperador Nerón decretó la primera gran persecución.

Después de Nerón hubo un período de tregua para los cristianos. Pero cuando el emperador Domiciano (81–96) llegó al trono, decretó una nueva persecución.

Esta vez fue mayor y mejor organizada. Domiciano torturaba a los cristianos para que abandonaran su fe. Y es al final del siglo I, entre los años 95 y 96, en época de persecución, cuando probablemente se escribió Apocalipsis.

Marco Histórico

El autor se identifica como Juan (1:1, 4, 9; 22:8) y se presenta como «siervo de Dios» (1:1), uno de los profetas (22:9) y «hermano» y «copartícipe en la tribulación» de los destinatarios (1:9). Desterrado de sus amadas iglesias en la provincia de → Asia, se halla preso en la isla de → Patmos. Desde la época de Justino Mártir (como por 140 d.C.), este Juan se ha identificado en Occidente como el apóstol y además como autor del cuarto Evangelio y las tres epístolas juaninas. Algunos, sin embargo, como ciertas iglesias orientales, objetan que el estilo de Apocalipsis es notablemente diferente al de otros escritos juaninos; los solecismos en que incurre aquí (por lo visto, intencionales) muestran poco respeto por la gramática. Además, el punto de vista en cuanto a la escatología parece muy distinto (esta es más completa en el Evangelio y las Epístolas, pero futuristas en Apocalipsis). Por tanto, Apocalipsis faltó en el canon de ciertas iglesias entre 250 y 950 d.C.

Si bien muchos exégetas modernos le niegan la posibilidad de paternidad apóstolica a Apocalipsis, las ideas denuncian un fuerte parentesco con el cuarto Evangelio y las cartas juaninas, de manera que la teoría tradicional puede ser verdadera. Con un fin eminentemente pastoral, Juan traza una teología de la historia y coloca la apremiante necesidad de una iglesia a punto de ser exterminada en dos contextos: 1) la necesidad del mundo; y 2) el propósito redentor de Dios.

Otros Puntos Importantes

Género literario del libro

El libro pertenece al género literario apocalíptico. A partir del siglo II a.C., hasta el siglo IV d.C., hubo una gran producción literaria en este género en el ambiente judío y luego en el cristiano (→ Apocalíptica, literatura).

El simbolismo en Apocalipsis

Una de las mayores dificultades para el lector actual de Apocalipsis es el lenguaje simbólico que utiliza el autor.

Juan utiliza un número impresionante de registros simbólicos: las cifras, los colores, las figuras animales, los astros y los elementos cósmicos, así como también símbolos sacados directamente del lenguaje religioso y cultual del Antiguo Testamento.

Sin embargo, el mundo simbólico de Apocalipsis no es incomprensible, ya que el mismo Juan se preocupa de revelarnos el significado de muchos de ellos.

  1. Las cifras
  2. Primero (uno): exclusividad, primacía, excelencia («Yo soy … el primero y el último»: 1:11; 2:8; 22:13).
  3. Tres y medio: tiempo limitado, período restringido.

Expresión simbólica de algo terreno y humano. Aparece formulado de varias maneras (11:2, 3, 9; 12:6, 14; 13:5).

  1. Cuatro: universalidad (conjunto del mundo habitado): cuatro vientos, cuatro ángulos de la tierra (7:1; 20:8).
  2. Seis: algo esencialmente imperfecto (666: 13:18).
  3. Doce: representatividad de las tribus del pueblo elegido; continuidad entre el nuevo pueblo y el antiguo (12:1; 21:12, 14, 20, 21); doce veces mil (7:4–8); dos veces doce (4:4, 10; 5:8; 11:16; 19:4).
  4. Mil: gran número, multitud (5:11; 7:4–8); los mil años (20:2–7): período extenso, larga duración. El mil combina con el doce y se obtiene el número 12.000, cifra de los elegidos de cada una de las tribus de Israel. Se trata de la plenitud dentro del pueblo de Dios (7:5–8).
  5. Ciento cuarenta y cuatro mil: 122 = 144 X 1000 = 144.000. Esta cifra indica una muchedumbre infinita, incalculable. Es la muchedumbre de los elegidos. Por lo tanto, es absurdo tomar este número al pie de la letra para designar el número de los elegidos (7:4; 14:1).
  6. Partes del cuerpo
  7. Ojos: conocimiento (4:6; 5:6)
  8. Mano: poder (1:16; 2:1; 5:1; 10:2).
  9. Pies, piernas: estabilidad (1:15; 2:18)
  10. Alas: movilidad (4:8; 14:6).
  11. Cuernos: fuerza (5:6; 12:3).
  12. Colores
  13. Blanco: mundo divino, alegría, pureza, victoria, dignidad (1:14; 2:17; 3:4, 5, 18; 6:11; 7:9, 13; 14:14; 19:14).
  14. Negro: muerte, hambre, impiedad, desgracia, miseria (6:5, 12).
  15. Rojo: guerra, asesinatos, violencia, sangre (6:4; 9:17; 12:3).
  16. Amarillo: muerte, descomposición (6:8).
  17. Púrpura: desenfreno (17:4; 18:12; 18:16).
  18. Escarlata: desenfreno (17:3–4; 18:12, 16).
  19. Imágenes
  20. La mujer (12:1–3): la comunidad de creyentes, el «verdadero Israel» que abraza a judíos y gentiles; está encinta, se trata del nacimiento del «Nuevo Israel» que se realizará a través de la obra del Mesías.
  21. La bestia (17): el poder político del Imperio Romano que, como agente de Satanás, se levanta contra Dios y su Iglesia. Es el anticristo.
  22. La prostituta (17:4–5): la pompa y el esplendor de la Roma imperial.
  23. El dragón (12:3–4, 7, 9, 13, 16, 17; 13:2, 4; 16:13): imagen de Satanás, típica de Apocalipsis. Al dragón también se le llama diablo. Viene del griego diábolos: el que rechaza el orden de Dios, el que subvierte todos los valores.
  24. El falso profeta (13:11–18): el que promueve el culto imperial. Persuade a los hombres a erigir una inmensa imagen del emperador como objeto de adoración (13:14ss). Utiliza básicamente cuatro métodos: a) poderosa retórica de su «voz de dragón» (13:11; b) prodigios que realiza (13:13–15); c) severas sanciones económicas contra los que no reciben la marca de la bestia (13:16–18); d) pena de muerte contra los disidentes que no lo adoran (13:15).

Interpretación

Hay varias maneras de interpretar Apocalipsis. Los exégetas preteristas entienden Apocalipsis como una descripción de acontecimientos pasados, del mal inherente al Imperio Romano del siglo I. Los historicistas ven en Apocalipsis un enorme panorama de la historia desde el siglo I hasta la Segunda Venida. Entre ellos mismos, sin embargo, no hay unanimidad respecto a la identificación de los episodios históricos. Los futuristas sostienen que desde el capítulo 4, Apocalipsis describe acontecimientos relacionados con la Segunda Venida, que tiene lugar en 19:11ss. En cambio los idealistas consideran primordial el propósito de inspirar a los cristianos perseguidos a permanecer fieles hasta el fin, y entienden el lenguaje simbólico no cronológicamente, sino como una serie de descripciones imaginativas del triunfo de Dios. Estas cuatro escuelas no se excluyen mutuamente. Es probable que una combinación de todas estas interpretaciones responda a la intención de Juan.

Bibliografía:

  1. Croato, «Apocalíptica y esperanza de los oprimidos», en RIBLA No. 7, DEI, San José, 1990, pp. 9–24. Pablo Richard, Apocalipsis: Reconstrucción de la esperanza, Editorial DEI, San José, 1994. José M. González, Apocalipsis de Juan, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1987. Alfred Wikenhause y Josef Schmid, Introducción al Nuevo Testamento, Editorial Herder, Barcelona, 1978.