Año. El año judío es de doce o trece meses lunares, y en el primer caso se llama común y en el segundo emboslímico. (Véanse Mes, Calendario.) El comienzo del año coincidía con el principio de la primavera, y esto era común entre los pueblos del Medio Oriente (Éx. 12:2). En los últimos libros de la Biblia se cita el mes de Nisán como el primero del año y a Adar como el duodécimo. La designación que los judíos modernos dan al año nuevo aparece en el profeta Ezequiel (40:1). Moisés organizó el calendario, y otra reorganización se hizo en tiempos de la inauguración del Templo en Jerusalén. Este calendario comienza con el mes de Tisri, en el cual se inauguró el nuevo templo; pero no vino a ser usado generalmente hasta el siglo I para los efectos civiles, si bien es cierto que ya desde antiguo celebraban las fiestas religiosas según el calendario religioso (Dt. 16:13; Éx. 23:16; 34:22), que comenzaba alrededor del otoño y que hacía coincidir las principales fiestas religiosas con las festividades.
Además del año astronómico o civil, el Antiguo Testamento señala otras dos clases de años: el Año sabático (Lv. 25:4), que debe considerarse como un año de descanso y que acontecía cada siete años, a semejanza de lo que ocurre con el sábado respecto de los demás días de la semana. Este año repercutía en la agricultura, porque las tierras se dejaban en barbecho (Lv. 25:1–7); sobre las personas que eran liberadas, si habían incurrido en deudas o eran esclavos (Éx. 21:2) y sobre las finanzas (Dt. 15:7). El Año jubilar, que se celebraba cuando se cumplían siete semanas de años, o sea cada medio siglo. En él las tierras enajenadas volvían a ser propiedad de su legítimo dueño, y había libertad para todos los habitantes de Israel (Lv. 25:10). Las estaciones del año no aparecen siempre claramente delimitadas en la Biblia.
Los hebreos tenían varios acontecimientos que les servían como base para contar los años: la creación del mundo, el éxodo (Éx. 19:1; 1 R. 6:1), la edificación del templo de Salomón (1 R. 6:1; 8:1, 2), la cautividad de Babilonia (Ez. 33:21; 40:1) o el inicio de los distintos reinados (Salomón, David, Herodes, etc.).