Mejilla

Heb. 3895 lejí, לְחִי = «quijada, mandíbula», en el caso de los animales, «mejilla»; gr. 4600 siagón, σιαγών, sign. primariamente la mandíbula, y luego, «mejilla» (Mt. 5:39; Lc. 6:29). Las mejillas son elementos importantes en la belleza de la mujer (Cant. 1:10: 5:13). El llanto corre por las mejillas a causa de la desolación de Jerusalén (Lam. 1:2). Golpear en la mejilla es una injuria grave, semejante a tirar de las barbas (Job 16:10; Lam. 3:30; Miq. 5:1; Lc. 6:29); precisamente, el tipo de insulto que sufre el Siervo Sufriente de Yahvé (Is. 50:6).
En el Sermón del Monte, Jesús pronunció el dicho de «dar la otra mejilla» al que hiera al discípulo en una de ellas (Mt. 5:39). Con esto expresaba el principio de la gracia que debe gobernar el camino del cristiano. Cristo calló en medio del sufrimiento y de la afrenta (cf. Is. 53:7; 1 P. 2:19–24). Sus seguidores han de estar dispuestos a ofrecer la mejilla izquierda a quien ha abofeteado la derecha, como muestra de generosidad en el perdón y de no resistencia al mal.