LABRADOR

Heb. 376 127 ish adamah, אִישׁ אֲדָמָה, lit. «hombre de la tierra», cuya profesión consiste en trabajar y cultivar el campo (Gn. 9:20; 26:12, 14; 37:7; Job 1:2; Is. 28:24–28); 406 ikkar, אִכָּר = «agricultor» (Jl. 1:11; Zac. 13:5; 2 Cro. 26:10; Jer. 31:24); ac. ikkaru; sum. engar; gr. 1092 georgós, γεωργός, de ge, «tierra», y ergo «hacer» (2 Ti. 2:6; Stg. 5:7); traducido «viñador» en Mt. 21:33–35, 38, 40, 41; Mc. 12:1, 2, 7, 9; Lc. 20:9, 10, 14, 16.
La mayoría de los jornaleros eran labradores sin tierra que subsistían a duras penas (cf. Mt. 1:23–25; Mc. 12:1–9; Lc. 20:9–16), alternando la mendicidad con el trabajo.
Metafóricamente, Cristo menciona al Padre como labrador cuyo campo de acción es la persona humana (Jn. 15:1). De forma análoga, Pablo se refiere a los